jueves, 6 de septiembre de 2012


INNOVACIONES Y USOS DE LA BANCA COMUNAL

Del enfoque tradicional a la flexibilización en la intervención


Innovaciones y Usos de la Banca Comunal es un esfuerzo de INTELCOLECTIVA por colocar en vitrina el desarrollo que se ha llevado a cabo de esta metodología de micro finanzas durante los últimos quince años, lapso durante el cual en Latinoamérica se han producido innumerables aportes, innovaciones y mejoras a la práctica de la banca comunal que deberían haber dado mejores resultados en los esfuerzos de las IMF por mejorar el estado de situación de sus clientes. Sin embargo, una vitrina atiborrada de estas mejoras no garantiza de por sí que las IMF estén dispuestas a incorporarlas a sus intervenciones ¿Por qué? Hay varias suposiciones que podrían esgrimir; una primera es que  es muy probable que para la IMF le resulta más fácil proseguir con intervenciones ya validadas antes que intentar modificaciones cuyos resultados no pueden o no están dispuestos a experimentar, ó enfoques que no se asumen desde una perspectiva del compromiso institucional (por ejemplo, en relación al enfoque de empoderamiento), ó escalas de intervención que no justifican poner a prueba nuevas mejoras ó reticencias para una mayor apertura al cambio. Cualquiera que sea la razón que limita una mayor disposición de las IMF a asumir acciones de mejoras, ó – lo que constituye nuestra hipótesis – dificultades que emergen al no contar con un mapa de recursos que ofrezca una adecuada reflexión acerca de sus potenciales beneficios, atenta contra la disposición de asumirlos y de comprobar el nivel de asertividad de la elección.

Las innovaciones que se pueden identificar en la región y los nuevos usos que son factibles de aplicarse desde la banca comunal, son de diversa naturaleza; para el caso de las innovaciones en algunos casos están referidos a la propia estructura metodológica de la banca comunal y, en lo específico, al salto que significó pasar de una concepción estandarizada y de una escalera crediticia rígida, a un modelo flexible tanto en montos, plazos, productos, gestión del propio banco comunal, así como mayor capacidad de respuesta a un entorno cada vez más competitivo; esto se ha traducido, entre otras medidas de ajuste al modelo, en limitar o eliminar la cuenta interna; o el desarrollo de nuevos productos financieros en el portafolio especialmente de la cuenta externa. También se ha asistido a una mayor profusión de la aplicación del enfoque de género mediante estrategias que han apuntado desde el planeamiento estratégico hasta producto financieros con enfoque de empoderamiento pasando por el entrenamiento de equipos y programas orientados hacia las mujeres con metodologías específicas. En otras áreas estas innovaciones y nuevos usos se han orientados hacia el notable mejoramiento de los programas de capacitación, del uso de enfoques como la gestión del desarrollo, la introducción de microseguros, y coberturas mínimas en asunto de salud, entre otras.

Desde el punto de vista de los usos, la banca comunal ha mostrado también una interesante faceta de adaptación puesto que ha venido transitando desde su uso como medio para que mujeres emprendedoras en condición de pobreza pudiesen encontrar alternativas de financiamiento y capacitación “a la puerta de la casa” hasta aquellas en que ha permitido vincular las necesidades de mujeres de áreas rurales como mayor capacidad empresarial, su articulación a cadenas productivas ó como un deseable componente de salida de las mujeres que participación en programas de alivio a la pobreza como el programa JUNTOS de Perú, en la medida en que rescata de este segmento potencialidades de emprendimiento canalizándolas hacia una opción no asistencialista.

Las variedades de opciones que se han derivado de la matriz originaria muestran que algunas IMF reciben ahorros y otorga préstamos de capital de trabajo, además de ofrecer a sus clientes educación participativa en finanzas, gestión empresarial, autoestima, manejo de grupos y salud, incluyendo nutrición de infantes y niños, así como salud y planificación familiar. Otras ofrecen exclusivamente servicios financieros como crédito y ahorro. Todas estas innovaciones, mejoras y nuevos usos han dado por resultado- en términos generales- un notable historial de altas tasas de recuperación de cartera, buena productividad de los agentes de crédito y altos rendimientos de la cartera bruta. Las mejores IMF de América Latina muestran un mayor retorno ajustado sobre activos, así como una tasa de autosuficiencia financiera y operacional más elevada que la de los mejores proveedores de crédito individual. La fórmula ganadora sigue siendo algo muy simple pero efectivo: el estilo de trabajo y los servicios de la banca comunal se adaptan particularmente bien a los pobres y a clientes en zonas rurales y urbanas y los agentes o promotores van directamente al cliente, incluso en las comunidades más remotas. A ello se le agrega que el servicio financiero de los bancos comunales no suelen requerir garantías reales, dada la condición socioeconómica de sus clientes y al administrar sus propios créditos, los miembros de los bancos comunales ganan confianza en sí mismos, mientras que la participación en programas educativos refuerza la cohesión.


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